domingo, 8 de marzo de 2020

Dia internacional del la mujer



Amaste y perdonaste mil veces. Lloraste y te reconstruiste en un sin fin de número. Trato de comprender en mi finita razón como de tantos desequilibro climático, renaciste más fuerte. A pesar de que el sol se ocultó por muchísimos años dándote uno días terriblemente grises. ¡Pintaste con alegría cuadros de Monet en cada uno de ellos! Mantenés un corazón de un talle lejos de mi medida. Siendo a veces indiferente en lo que pasas, me llamas de repente y me hace tan feliz como a un niño. Escuchar alguien preocuparse por mi siendo consciente que puedo cuidarme solo. Preparar mis desayunos, preocuparte por el almuerzo y cena. Hacerlos con tanto esmero que terminan siendo platos riquísimos. No suelo regalarte flores seguido, debería. Con el simple hecho de darme vida mereces un jardín lleno de colores. Odio los mensajes de textos en la distancia diciendo cuanto te quiero.
¡Te mereces algo mejor! Es decir, uno de esos asaltos al corazón repletos de abrazos y lágrimas dándote la gracias por existir. Nunca voy a dejar de enamorarme de tus detalles haciéndome entender cuanto represento para vos. Nunca voy a olvidar las huellas que dejaste marcada en mi alma, aunque un día dejes de existir y te marchites. Una mujer puede transcender y dejar un hermoso legado en la vida de un hombre. Puede desde los bajos recursos llegar a tener un hijo de gran material humano. Un niño considerado, sencillo, agradecido, y humilde para reconocer sus errores. Con armas fundamentales para defenderse en un mundo perdido en valores. Sólo ella tiene el coraje para decirnos las cosas como son y no como nosotros queremos inventarnos. Sólo ella puede ver puntos en dónde nosotros somos ciegos. Que puedo añadir a mi pequeña tesis sobre una mujer, es compleja e ininteligible tal como una rosa metafóricamente. Llena de sutiles detalles en dónde me quedo perplejo si trato de enumerar cada uno de ellos.